Corría
el año 1983 y hacía poco tiempo que España había sido salvada de la destrucción
masiva que planeaba el Doctor Franco con sus bombas racimo de uvas durante las
campanadas de fin de año. Naranjito lo había vuelto a lograr y, en el último
momento, había logrado bloquear los planes del Doctor Franco a base de zumo
social natural y le había encerrado en un invernadero murciano con las ventanas cerradas.
Sin
embargo, a pesar del triunfo del bien, las consecuencias de aquella dura
batalla se habían hecho notar. Debido a un acuerdo entre Naranjito y el gobierno,
éste último debía dedicar “dinero a mansalva” a la creación de nuevos
invernaderos en el sur de España, aprovechando el sol imperante en la región. La escasez de agua se solucionaría construyendo en pendiente
para que la misma fluyese de norte a sur y no al revés. Y a una mala, trasvase.
Debido a la creación de “dinero a mansalva” utilizado para la construcción de nuevos invernaderos había surgido una tremenda inflación galopante, la cual se dedicaba básicamente a tocar los cojones por lo bajinis (expresión que por ciertoreconoce la RAE), es decir, sin que te enterases.
Resulta que en dos años los precios habían subido un 20%, exceptuando las naranjas que se regalaban de tantas que había. Por eso mismo, en el año 1983 los funcionarios se dieron cuenta de que la vida estaba cada vez más cara y decidieron pedir un justo aumento de sueldo del 12%, que había sido la inflación de aquel año.
Entonces
el gobierno, a manos de su ministro de Presidencia llamado Javier Moscoso,
realizó una oferta alternativa a la subida del sueldo del 12% que resultó ser una trampa ideada por el Doctor Franco desde su encierro. La propuesta fue
la siguiente, con calculadora en mano para que resultase más verosímil:
Si trabajas once meses al año y veinte días
cada mes, te resultan 220 días. El doce por ciento de 220 serían redondeando
por lo bajo unos 24. Si ahora considero que la inflación va a seguir así
durante unos, digamos, cuatro años más, entonces cojo y en lugar de quitaros 24
eso lo divido por los cuatro años siguientes y os quito solamente 6, con lo que
los próximos cuatro años de inflación en paz y al final no me debéis nada y todos contentos.
Todo
esto Moscoso lo hizo rápido y delante de un grupo de malabaristas japonesas desnudas, lo que
despistó sobremanera a los funcionarios que negociaban el aumento, los cuales
además iban borrachos desde hacía días. El acuerdo fue firmado y publicado en
el BOE aquella misma tarde para que los funcionarios no tuvieran tiempo de comprobar el cálculo.
Lo que
no sabía Moscoso era que su estratagema tardaría años en ser descubierta, en
concreto hasta 1993, cuando Kurt Streuernov ganó el premio Nobel de matemáticas
por un trabajo sobre dicha negociación titulado “La gran estafa de Moscoso” en el cual, a lo largo de 276
entretenidas páginas, Streuernov comprueba mediante logaritmos, integrales y demás cálculos
extraños que Moscoso debería haber sumado en lugar de dividir.
Hasta
hace poco tiempo, los seis días “moscosos” habían pasado desapercibidos incluso para algunos funcionarios. Sin embargo, hace unos días el gran estadista Mariano Rajoy los descubrió mientras leía el Marca, y para la desdicha de los funcionarios ha
decidido erradicarlos (los días, no los funcionarios) debido a su consabida enemistad con Javier Moscoso, cuyo
hijo un día se rió en el colegio de los problemas de dicción de Rajoy.
Su
primer paso ha sido reducirlos a la mitad argumentando que “la culpa es de Zapatero por ocultarnos las cifras del déficit y de los
mercados de fruta por presionar tanto a nuestra nación. ¿Me pone otro ron, por
favor? ¿Eso ya no lo has grabado, no?”. Sin embargo, es de suponer que Rajoy lanzará un nuevo ataque contra la moscosidad, la cual ya está en el 9% en España. Veremos cómo acaba todo esto.
1 comentario:
No sé si has estado muy ácido, muy crítico o muy cítrico.
Lo único que sé es que me he echao una buena remesa de risas...
En estos días haría falta que al final de los telediarios apareciera SuperRatón aunciando aquello de:
"No se vayan todavía... ¡Aún hay más!"
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