viernes, 30 de julio de 2010

Adivina adivinanza

A continuación una breve historia. Prestad mucha atención porque cualquier detalle puede ayudar a resolver la pregunta final.

Había una vez un joven, llamémosle X, que estudiaba en un colegio internacional. Un día, después de ganarle a sus amigos a las chapas y las canicas como solía suceder, decidieron ir en bici hasta el parque más cercano para jugar un partido de fútbol. Aquel joven llegó el primero al campo, con unos cuantos segundos de ventaja con respecto a los demás. Una vez todos habían arrivado, se dividieron en dos grupos para jugar el partido, el cual ganó el equipo de X. Aburrido de derrotar siempre a sus amigos, propuso un partido de baloncesto, el cual también ganó. Ganó más tarde a tenis, balonmano, fútbol sala, waterpolo, hockey e incluso futbolín. Al final, aburrido de ganar en todo lo que probaba, decidió pedir un crédito por teléfono e irse de vacaciones.

Pregunta: ¿De qué país era X?

miércoles, 9 de junio de 2010

¿Cómo funciona el ranking de la ATP?

Este domingo Nadal volvió a ganar el Roland Garros, arrebatando así el número uno del tenis mundial a Roger Federer. Nadal ha ganado esta temporada los tres Masters 1000 en tierra (Montecarlo, Roma y Madrid) más el Abierto de Francia, convirtiéndose así en el tercer tenista que más dinero ha ganado en premios durante su carrera y en uno de los pocos deportistas europeos de élite que, a pesar de ganar millonadas conocidas como "pasta gansa", paga sus impuestos en su país de origen. El chaval ha debido de financiar él sólo más de un tramo del AVE.
Después de ganar y rebozarse en la tierra como suele hacer, Nadal declaró:

“Muchas gracias al público por su apoyo. No tengo ni idea de por qué ahora soy el número uno siendo que Federer me llevaba mazo de puntos, pero me alegro un montón. Aprovecho la ocasión para decir que me encantaría que alguien me explicase de una vez cómo funciona esto de la ATP a ver si me entero. Por cierto, no estoy llorando, lo que pasa es que tanto polvo al final me provoca alergia”.

"De verdad que por más que lo intento no lo consigo entender"


Tras escuchar aquellas declaraciones pensé que le debía una al gran Nadal por hacerme disfrutar tanto con el tenis, así que comencé a investigar sobre el tema.

ATP-Ranking

Esta clasificación se basa en los resultados obtenidos por cada jugador durante los últimos doce meses, sumando más o menos puntos según el tipo de torneo y el resultado obtenido en el mismo, y teniendo en cuenta unas cuantas reglas extrañas que algún tenista borracho se inventó en una noche de juerga. Esta clasificación, además de utilizarse para fardar cuando un jugador de tu país está en el número uno, se utiliza como un indicativo del estado de forma de cada jugador y adjudicar los cabezas de serie de cada torneo.

La cuenta es la siguiente: Para cada jugador se suman los puntos obtenidos en un total de 18 torneos: los cuatro Grand Slam, ocho de los diez Masters 1000 y cuatro Torneos 500. Los restantes dos o más torneos (dependiendo de si el tenista se ha perdido alguno de los anteriores o no) serán aquellos de categoría inferior en los que el jugador haya obtenido mayor cantidad de puntos. Aquellos jugadores que se clasifiquen para el ATP World Tour Final obtendrán adicionalmente la puntuación obtenida en el mismo, contando así con 19 torneos. Por último, la Copa Davis otorga un máximo de 625 puntos adicionales dependiendo de los resultados individuales y colectivos en la misma. Las reglas raras mejor me las ahorro para no acabar de liaros; si os interesan os invito a visitar la página oficial de la ATP.

Ahora, Nadal, te explico por qué has adelantado a Roger Federer.

Antes del Roland Garros, Federer tenía 10030 y tú 6880. Como el ATP Ranking considera los resultados del último año, los puntos en Roland Garros del 2010 sustituyen a los obtenidos en el mismo torneo el año anterior. El año pasado Federer había ganado, consiguiendo así 2000 puntos, mientras que a ti te eliminó Soderling en octavos de final, por lo que te llevaste tan sólo 180 puntos.

En el 2010 se ha dado la vuelta a la sartén: Federer cayó en cuartos con 360 puntos y tú esta vez ganaste el torneo y por tanto el máximo de 2000 puntos. Así, al actualizar la puntuación, tú has aumentado en (2000 – 180 =) 1820 puntos, mientras que Federer ha perdido (2000 – 360 =) 1640 puntos. Por eso ahora la clasificación de la ATP es:

Nadal (este eres tú): 8700
Federer: 8390

No hace falta que me des las gracias, Rafa.

viernes, 4 de junio de 2010

11 - Preparados para la guerra

A eso de las seis de la tarde ya estaba preparado para la marcha. Bien es cierto que había quedado con IGOR a las diez de la noche, pero no me habría perdonado quedarme sin tiempo para ultimar algún detalle. Me había afeitado, duchado, arreglado las cejas, hecho la manicura, aplicado seis tipos de crema diferentes, planchado la ropa, vestido, cambiado de ropa, cambiado de ropa, cambiado de ropa, puesto corbata, quitado corbata, puesto pajarita, puesto sombrero, desnudado por completo, aplicado otra crema, vuelto a vestir, calzado y perfumado. Decidí salir sin sombrero y sin pendientes de diamantes aun a riesgo de no parecer suficientemente guay, pero lo que no olvidé fue peinarme en condiciones con aquella gomina que anunciaba Bisbal (estoy dispuesto a escribir el nombre comercial previo pago de cien dólares).

Faltaban cuatro horas para la cita con IGOR, Bea y Andrea, así que decidí visitar al Teclas y ejercer de estilista. Supuse que necesitaría algo de ayuda.


- He aquí un ejemplo de estilista sin estilo -

- ¡Extraño Desconocido, estás impresionante!

- Gracias, madre del Teclas. La verdad es que usted tampoco está nada mal. – había notado últimamente que gracias a sentirme más guay podía ser mucho más picarón sin sonrojarme.

- ¡Uy, Extraño Desconocido! No me esperaba una respuesta así, la verdad – contestó ella un tanto incómoda cubriendo su escote con la palma de la mano.

NOTA: Si te acabas de poner cachondo/a, entonces te recomiendo que hagas una pausa y navegues un ratillo por esas páginas tan fáciles de encontrar. No te preocupes, te estaré esperando.

Bueno, el caso es que decidí no convertir aquello en una película porno del montón, en parte porque tenía otros planes para aquella noche y en parte porque en realidad la madre del teclas pesaba unos ciento veinte kilos y de atractiva tenía lo mismo que las rebajas de Armani (interesantísimo link, por cierto).

- Hombre Teclas, ¿cómo estamos? – dije mientras abría la puerta de su habitación.

- Extraño, pasa. Estaba mirando un trozo de mina de lápiz a través del microscopio. Es impresionante, la estructura del grafito parece seguir algún patrón...

¡ZAS!

Hice callar a mi querido amigo a través de una bofetada con el revés de la mano, de esas que no hacen daño pero indignan que te cagas.

- Teclas, hoy es sábado y tenemos una cita para ir a la discoteca. ¿Tú crees que estoy como para pensar en la puta estructura del grafito?

- Joder, Extraño, te estás volviendo un tanto radical. Que hay tiempo para todo, hombre.

- Vamos, arréglate que a las diez tenemos que estar en la puerta del gimnasio. No quiero hacer esperar a dos pedazo de tías como la Bea y la Andrea. ¿Qué tenías pensado ponerte para esta noche?.

- Esto... si te digo la verdad no había pensado en ese detalle. Da bastante igual, ¿no?. ¿Qué te parece la camiseta esta de Darth Vader preguntando si te gusta su sable?

- Hombre Teclas, si lo que quieres es que se rían de ti, entonces de puta madre. Ahora, si lo que pretendes es follar, creo que una camiseta de Darth Vader no te va a ayudar mucho.

- ¿Y esta de Bob esponja? – preguntó sacando otra camiseta de su pequeño armario infantil.

- ¿Pero tú eres gilipollas?

- La verdad es que, ahora que la vuelvo a ver, la camiseta está genial -

Tras tres o cuatro intentos más, decidí prestarle al Teclas un polo negro de corte moderno y unos vaqueros rasgados muy cool. Después del afeitado y la ducha de rigor mi amigo estaba por fin preparado para la guerra.

- Extraño, son las ocho y ya estamos listos para esta noche. ¿Y ahora qué hacemos?

- He leído que la gente guay bebe alcohol, así que vamos a ver qué esconde el minibar de tus padres – contesté decidido.

martes, 1 de junio de 2010

Analizando la situación económica actual

Entiendo perfectamente lo de que estemos en época de crisis y que haya que apretarse el cinturón. Claro, hay que reducir gastos para que... no sé, supongo que para ahorrar. Si conseguimos ahorrar podremos pagar el dinero que debemos a otros países y así... bueno, así supongo que podremos volver a endeudarnos otra vez. O quizás incluso logremos que el resto de países nos deban dinero, lo que facilitaría que... ejem, haría que ganásemos intereses, creo. Esto, a su vez, propiciaría... no, espera, lo que pasaría es que nos deberían esos intereses, claro, eso es, seríamos cada vez más acreedores. Creo. Entonces, al ser más acreedores... esto... digo yo que... ya está, prestaríamos más dinero para que nos pudieran pagar o, mejor aún, dejaríamos que otras naciones prestasen dinero a nuestros deudores para... pues... ser más ricos, digo yo.

Bueno, todo eso está más que asimilado. Lo que no entiendo muy bien es lo siguiente: ahora se reducen sueldos y se suprimen puestos de trabajo porque hay que ahorrar, pero... ¿en qué punto de la cadena es en el que se vuelven a crear esos puestos de trabajo y se vuelven a subir los sueldos? ¿algún iluminado en la sala que me lo explique?

No, no creo que ahorrar sea la solución. Sin duda la solución está en seguir gastando. Endeudándose más se genera más consumo, se aumentan capacidades de producción, se generan nuevos puestos de trabajo, se contamina el medio ambiente, se generan nuevos modelos de negocio gracias a esa misma contaminación... vamos, que no sucede nada malo por endeudarse. Precisamente lo malo es ahorrar porque entonces se estanca la economía y pasa lo que pasa. Aunque... ahora que lo pienso, ha pasado lo que ha pasado precisamente por culpa de endeudarse demasiado... lo que significaría que ahorrar es la solución. Pero entonces... si los tipos de interés están tan bajos para que las empresas puedan endeudarse a bajo coste, ¿qué sentido tiene ahorrar al mismo tiempo?

Todo lo anterior me lleva a las siguientes preguntas:

1 - ¿Hay alguien que de verdad sepa lo que hay que hacer ahora?

2 - ¿Alguien cree que la solución está en bajarle los sueldos a los funcionarios?

3 - ¿De quién es la culpa de la burbuja inmobiliaria y del paro al 20%?

4 - ¿Qué porcentaje de la población española cree entender la situación y saber quién es culpable?

5 - ¿Qué porcentaje de la población española ENTIENDE la situación y SABE quién es culpable?

jueves, 18 de marzo de 2010

¿Un antiguay?

Acabo de recibir un mail que me avisaba de un nuevo comentario anónimo. Dado que recibo unos 0,1 comentarios diarios en el blog, lo he leido de inmediato. Decía el susodicho comentario en la primera entrada de la serie "Ser guay es guay":

Tu no eres guay tu eres un FRIKI con letras mayusculas no intentes ser guay porke no lo eres lo q eres es un TONTO qe intenta ser el cabecilla d tus amigos
en fin.... SE COMO ERES I NO CANVIES POR LO QE TE DIJA GENTE TONTA COMO ESTA

Intrigado por semejante alarde liguístico e investigo en el Sitemeter (link al final de la página) de dónde procede un consejo tan sabio.

Observo primero de dónde viene la visita, pero casi por casualidad veo también a través de qué página el comentarista había ido a parar a mi blog. Para mi desgracia. La visita procedía nada más y nada menos que de una búsqueda en Google: "como ser un tio guai".

Ahí, con dos cojones.

martes, 9 de marzo de 2010

Hace falta ser gilipollas


Hay una delgada línea entre la ignorancia y la gilipollez. Una delgada línea que cada día cruzamos más y más personas, no percatándonos de lo mucho que nos están dando por culo mientras lo hacemos. Cuando por fin notamos el dolor, éste se vuelve inmediatamente insoportable. Pasamos entonces a buscar al culpable de la situación, acusando al fantoche de turno por crímenes que no ha cometido, pero desplazando así nuestra culpa y calmando nuestra conciencia hasta la siguiente dilatación forzada de esfínter. No nos engañemos: no es tan despiadado el que ofrece la miseria como gilipollas el que la acepta voluntariamente.

Hace un par de días descubrí por casualidad la siguiente oferta en internet:

Se buscan voluntarios para la final de la Champios League

Para el Real Madrid F.C., club que albergará en su sede el Estadio Santiago Bernabeu, la final, los voluntarios representan su ciudad, su comunidad y su pais, son anfitriones naturales, encarnan los valores del deporte y los valores del voluntariado, son esenciales para que se celebren eventos deportivos de
trascendencia global.
Por ello, la UEFA y la Federación Española de Fútbol, buscan voluntarios con capacidad de trabajo, habilidad de comunicación, mente abierta y flexible, inglés a nivel de conversación o superior, valoración de otros idiomas, carnet de conducir, interés en el deporte y la organización de eventos y disponibilidad 3ª semana de mayo de 2010.
Se ofrece trabajo duro, equipo de proyecto exigente, internacional y multicultural, ambiente de compromiso, orientación a la calidad, servicio a la comunidad y respeto mutuo, una experiencia única, apasionante e inolvidable. El equipo de proyecto es internacional y multicultural, con el Inglés como idioma común, trabajo en equipo, Valores del voluntariado, necesidad de un amplio equipo de proyecto, esfuerzo, dedicación y compromiso propios del voluntariado...


Los requisitos para poder tener el privilegio de trabajar sin cobrar un céntimo son para llorar, pero ojo a este estracto de un mail que el Real Madrid ha mandado a algunas universidades de Madrid, en el que se especifica la contraprestación:

La contraprestación que dará la UEFA será: La posibilidad de ver el partido en pantallas gigantes en el Champions Bistró (carpa de la organización en los aledaños del Santiago Bernabéu), certificado de participación en la Organización de la Final, indumentaria ADIDAS, regalo institucional. El Real Madrid también entregará otros regalos aún sin definir. Todos los interesados deberán pasar una entrevista realizada por comisarios de la UEFA en las instalaciones del Santiago Bernabéu con el fin de poder seleccionar a los voluntarios definitivos. Esta entrevista se realizará en inglés.


Eso por si acaso alguien pensaba que recibiría una entrada gratis.

Después de leer esta oferta me gustaría recordaros que el Real Madrid ha gastado este año 254 millones de euros tan sólo en fichajes. Además, el mismo día que leía aquella oferta de “voluntariado”, leía también que Higuaín, que actualmente tan sólo cobra 2,6 millones de euros anuales, pedía seis millones para su renovación. Al final de la noticia se podía leer “Valdano y el resto de la Casa Blanca esperan que Higuaín entre en razón y el acuerdo se cierre en 4,5 millones o, como mucho, 5.” Otro dato: el año pasado el Barcelona ganó unos 110 millones de euros en total por jugar y ganar la Champions League.

Ya me diréis si en el mundo del fútbol no hay dinero como para pagar en condiciones a toda la gente necesaria para la organización del evento. Pero claro, mientras haya gilipollas dispuestos a hacerlo gratis...

jueves, 4 de marzo de 2010

Dónde sentarse en un cine 3D

¿Hay alguna diferencia entre sentarse en un sitio o en otro para ver una película en tres dimensiones? Pues en este post voy a explicar que, aunque pueda parecer raro en un principio, sí la hay, y de hecho se trata de una gran diferencia. Veamos por qué.



El funcionamiento básico del cine en tres dimensiones se basa en que recibamos dos imágenes ligeramente distintas en cada uno de nuestros ojos, lo que dará la sensación de profundidad. Supongamos que en la vida real tenemos ante nosotros los dos objetos A y B. A se encuentra a cinco metros de distancia y B doce metros por detrás de A, a un total de diecisiete metros de distancia.



La representación de los mismos en una pantalla de cine no serían dos únicos puntos, sino que serían los puntos Ai y Bi para el ojo izquierdo, y Ab y Bd para el derecho. Lo que hacen las gafas 3D es precisamente filtrar la imagen proyectada en la pantalla (para esto hay diferentes métodos que no vienen al caso) de manera que nuestro ojo derecho solamente reciba las imágenes Ab y Bd y el izquierdo Ai y Bi. Supondremos que el espectador es un espectador estándar, esto es, que la película ha sido hecha para él sentándose a una distancia de diez metros, como en el dibujo a la derecha. Por lo tanto, los puntos Ad, Ai, Bi y Bd serán los mismos para toda la sala. Bien, ahora vamos a ver qué sucedería si el espectador se sentase seis metros más lejos de la pantalla, lo que serían unas cuatro filas.



Recordad que la proyección no ha cambiado; únicamente lo ha hecho la posición del espectador. El desplazamiento de los ojos del espectador hace que las imágenes percibidas A y B se desplacen.

Como se ve en la imagen, a pesar de que el punto A se aleja del espectador pasando de cinco a ocho metros, parece sobresalir más de la pantalla de cine. Mientras tanto, el punto B se introduce todavía más en la pantalla. Por tanto, la sensación de profundidad es mucho mayor, pasando de doce a diecinueve metros de diferencia entre A y B. Así pues, podemos decir que la película será más espectacular cuanto más nos alejemos de la pantalla, y viceversa.

Todo esto es curioso, sí, pero lo siguiente lo es todavía más. ¿Cómo ve la película una persona que tiene los ojos más juntos de lo normal? ¿Y una con los ojos muy separados?. He preparado sendos dibujitos explicativos.

Está claro, ¿no?. Pensad otra vez en que las proyecciones Ai, Ad, Bi y Bd no cambian; tan sólo lo hace la posición de los ojos del espectador. Curiosamente, cuanto más juntos tengamos los ojos mayor profundidad tendrá la imagen, percibiendo más cerca el punto A y más lejos el punto B.

Bien, por fin sabes por qué tu amiga la de los ojos tan separados te dijo que Avatar no le había impresionado en absoluto.

martes, 2 de marzo de 2010

Breve historia del cine en 3D

Avatar, esa gran película que ha introducido el cine en tres dimensiones en nuestras hasta entonces bidimensionales vidas, al menos cinematográficamente hablando. esa revisión de Pocahontas hipervitaminada a base de imaginación y efectos especiales, esa experiencia casi mística que ha provocado depresiones y suicidios en todo el mundo, esa excusa perfecta para aumentar de precio las entradas de cine...

Sobre dicha película lo único que voy a decir es puede o no gustarte, pero desde luego es algo que marcará la historia del cine. Perdérsela significaría de alguna manera dejar pasar una oportunidad de vivir un trocito de historia. Sería algo así como no haber encendido la televisión el día del atentado de las Torres Gemelas o como no haber visto la participación de Chikilicuatre en Eurovisión. Pero lo que es más duro, no ver esa película significaría no poder tener en el futuro la siguiente conversación:

Hijo: Papá, hoy he descargado la película Avatar, que se supone que es un clásico de tu época. La voy a cargar en mi programa de memoria en cuanto tenga algo de ancho de banda disponible.

Padre: Hijo mío, todavía recuerdo cuando fui a ver aquella película al cine. El cine era un sitio donde comías palomitas, veías películas utilizando la tecnología más avanzada del momento y escuchabas comentarios gilipollas de la persona que se sentaba detrás tuyo. Imagínate, Extraño Desconocido Junior, por aquel entonces no existían las gafas bipantallales ni los robots sexuales. Aquella fue la primera vez que me enamoré de un extraterrestre. Ay, qué tiempos aquellos.

Yo podré tener ese diálogo, razón por la que los trece euros que me costó la entrada han merecido la pena.



El caso es que, con la excusa de Avatar y debido a esa curiosidad casi enfermiza que me caracteriza cuando no tengo otra cosa que hacer, me dio por investigar sobre el cine en tres dimensiones.

Resulta que la primera proyección en 3D fue realizada nada más y nada menos que en 1915. En realidad se trató de tres cortos: Escenas Rurales de los Estados Unidos, El Rey de la Estafa y un documental sobre las Cataratas del Niágara, y se utilizó la técnica de los dos lentes de colores (verde y rojo), comúnmente llamada por mí técnica bicolar. Para que os hagáis una idea de la antigüedad del invento, recordad que la primera película con sonido, “El cantor de Jazz” se proyectó en 1927, y que el cine a color apareció en 1935 con la película “La feria de las vanidades”. Así pues, el cine en 3D no sólo es más viejo que mi abuela, sino también más que el cine sonoro y el cine a color, e incluso más viejo también que el cine a color con sonido incluido.

El sistema bicolar quedó anticuado ya en los años cincuenta, dando paso a la polarización de imágenes (las gafas que conocemos hoy en día, vamos). Esto permitía disfrutar de las tres dimensiones a color completo, y no únicamente en rojiverde.

Desde aquellos lejanos años cincuenta hasta nuestros días, la tercera dimensión quedó olvidada por completo, en parte debido a que la industria del cine quería guardarse un as en la manga para sorprendernos con una dimensión adicional cuando menos lo esperásemos, pero sobre todo por culpa de la supremacía de directores tuertos o vizcos como John Ford o Fernando Trueba. No obstante, la tercera dimensión atacó de nuevo hace poco tiempo, cuando la película Beowulf permitió ver a Angelina Jolie por primera vez en tres dimensiones. Lo que sucedió después es bien sabido por todos.

miércoles, 24 de febrero de 2010

10 - Tenemos plan


Ya habían pasado dos meses desde mi primera visita al gimnasio. El Teclas, aunque ya recuperado de su lesión de bíceps, se negaba a volver a intentar muscularse. Había decidido regresar a su granja de hormigas, sus piropos a maduritas y sus películas porno nocturnas, dejándome por tanto solo en el camino hacia el guayismo. El Teclas y yo, o mejor dicho yo y El Teclas, nos distanciábamos cada vez más sobre todo debido a su tozudez en intentar convencerme de que debía volver a ser yo mismo, que me estaba fallando y demás soberanas gilipolleces. Yo cada vez aguantaba menos esos ataques hacia mi falsa personalidad como guay y prefería dedicar el tiempo a cosas más útiles como mirarme al espejo o ver telecinco.

Estaba concentrado en el baño arrancándome los escasos pelos del entrecejo con ayuda de las pinzas de mi madre cuando sonó el teléfono provocándome un espasmo que a punto estuvo de costarme un ojo.

- ¿Diga? – dije.

- ¿Diga? – dijo.

- No, diga usted que es quien ha llamado – dije.

- Uy, perdón, he perdido por un momento la cocentración. ¿Has hablado ya con Carlos?

- ¿Qué Carlos? – pregunté.

- ¡El de los cojones largos! Ja, ja, ja. Mira que eres pringao, Extraño Desconocido.

Por fin conocí aquella potente voz.

- Hombre, IGOR, ¿qué tal te va la vida?. - exclamé sorprendido gratamente por la llamada.

- Bien, la verdad es que no me puedo quejar. Llevo dos días sin beber agua y la piel se me ha pegado a los músculos del bíceps. Tengo los brazos con más definición que una televisión Full HD. ¿Qué tal tus bíceps?.

- Creciendo sanos. Ayer me volví a probar el polo de Zara tal y como me dijiste y ahora solo me caben dos dedos entre la manga y el brazo, y no creo que el motivo sea que me están encogiendo los dedos, tú ya me entiendes, ja, ja. (Nótese aquí el uso de la expresión "tú ya me entiendes", expresión guay donde las haya).

- Ja, ja, ja. Jaaaa. Me encanta tu humor, Extraño Desconocido. – Exclamó IGOR casi gritando -. Escucha, hace un rato hemos estado hablando Bea, Andrea y yo sobre qué hacer el fin de semana, y hemos pensado en ir a la Tuttifrutti. Como me dijiste hace un par de días que tienes coche me he dicho: ¿por qué no invitas al Extraño Desconocido a que te invite a llevarte en coche hasta allí?. Qué me dices, Extraño, ¿te apetece llevarnos el sábado?. – preguntó con toda la cara dura del mundo.

- Claro IGOR, me encantaría. Seguro que lo pasamos dabuti. – Contesté emocionado.

- Como vuelvas a decir dabuti te parto en dos, macho. Mira a ver si hablas un poco más moderno. Oye, pero... entonces entrarías con nosotros a la discoteca, ¿o qué?.

- Hombre, he pensado que esa era la idea, ¿no?. ¿O es que solamente queréis que os haga de chófer? – pregunté extrañado.

- Ejem, NO, no, no. Faltaría más. Entonces quedamos el sábado en la puerta del gimnasio a eso de las diez. Venga, cuida esos bíceps, figura - se despidió el culturista.

- Hasta entonces, IGOR.

Colgué nervioso. Todavía no era lo suficientemente tonto como para pensar que IGOR me consideraba su amigo pero, aprovechamientos a parte, aquello se trataba de mi primera salida nocturna como persona guay. Definitivamente mi vida estaba cambiando a mejor. Además, no solamente había quedado con IGOR, sino que también iban a venir Bea y Andrea. Andrea estaba liada con IGOR, así que Bea quedaba suelta a mi entera disposición. Madre mía, nada más y nada menos que Bea, una de las mejores tías que había visto en mi vida quitando las de Redtube y las televisiones autonómicas a partir de las doce de la noche. Uf, aquello iba a ser toda una experiencia, no como antes que me quedaba viendo la tele con El Teclas. Tías, discoteca, gente guay, fiesta. Uf, qué nervios. Aquello sería lo máximo. Madre mía. Y con Bea. Vaya tela. Ay, ay. Qué nervios, Dios mío. Aaaay. Uf, qué nervios. Bea. Gente guay. Disco. Aaaaaaaaaaaay.

Una fuerte bofetada me despertó de repente algún tiempo después. En un primer momento no logré entender lo que había pasado.

- ¿Eh? ¿Qué ha pasado, donde estoy? – pregunté extrañado.

- No sé, te ha debido dar un bajón de azúcar o algo y te has mareado, Extraño. Venía a visitarte para recordarte que te estás faltando a tí mismo y todo eso y te he encontrado tirado en el pasillo abrazadao al teléfono con cara de tonto. He intentado despertarte por las buenas pero como no surtía efecto he decidido abofetearte con la zapatilla. – Respondió risueño El Teclas -. Si no llego a pasar por aquí sabe Dios lo que habría pasado. No lo quiero ni imaginar.

- Pues nada, Teclas, no habría pasado absolutamente nada. Me habría despertado tranquilamente y la vida habría continuado. De hecho, incluso me habría ahorrado un zapatillazo en la cara. No creas que me has salvado la vida – contesté cabreado por el zapatillazo.

- En realidad te he dado más de un zapatillazo. De todos modos, me gustaría decirte que antes no eras así, Extraño. Antes eras mucho más jovial, desinteresado, amigo de tus amigos, honesto... ¿Ya no te acuerdas de todo lo que vivimos juntos?.

Una lagrimilla resbaló tímida por la mejilla de mi amigo mientras hablaba.

- Claro que me acuerdo, Teclas, pero he decidido seguir el camino del guayismo. Además lo siento, pero si no lo compartes me temo que no vamos a poder seguir siendo amigos. Para ser guay debo andar con gente guay, entiéndelo. Es algo que los psicólogos llaman mimetismo o algo parecido. Ósmosis creo que también tiene algo que ver con esto, sí, ósmosis. Metamorfosis en cambio creo que no, me parece que es otra cosa diferente. En resumen: o intentas ser guay como yo lo estoy intentando, o nuestra amistad no va a poder continuar.

- ¿Es eso un ultimátum? – preguntó El Teclas.

- Me temo que sí - dije entristecido.

- De acuerdo, entonces estoy contigo. Dime lo que hay que hacer, guíame en este pedregoso camino. Sé mi pastor en el sendero del guayismo – contestó decidido El Teclas.

Hice una breve y plástica pausa en la conversación para darle más importancia al momento. Miré el reloj y tras diez segundos exclamé:

- De momento cómprate gomina, Teclas. El sábado salimos de marcha.

viernes, 19 de febrero de 2010

¿Pero de qué me estás hablando? (2)

Segunda entrega de esta exitosa serie. La primera entrega puedes leerla aquí, aunque no es necesario.

A veces el uso abusivo de figuras literarias complica sobremanera la comprensión de un texto, más aún cuando es leido por personas insípidas, incoloras y olorosas como todos nosotros.

En esta nueva sección, que puede que empiece y acabe hoy o puede que siga existiendo durante años, os presento un texto escrito y "tuneado" por mí mismo y os reto a, sin conocer el contexto, decirme de qué os estoy hablando. Con todos ustedes la criatura:

El repentino silencio le impresionó. Sabía que todo dependía de lo que hiciese en aquel momento, y eso le gustaba pero a la vez le asustaba. Sintió cómo los nervios se apoderaban de él a pesar de haber pasado tantas veces por aquella situación. Simplemente nunca había llegado a acostumbrarse. Incluso dudó por un momento, seguramente presa del pánico que le producía pensar en las consecuencias que tendría su decisión, desagradables consecuencias que ya había vivido en innumerables ocasiones.

Por fin, ya más confiado, realizó lenta pero firmemente sus movimientos. Cerró los ojos cuando por fin levantó la mano derecha para mostrar el color rojo de su decisión, como si intentase no estar allí. Sabía que justo entonces comenzaría el infierno para él, un infierno que duraría días, semanas o incluso meses.



ATENCIÓN: la respuesta está en los comentarios, así que mejor piensa en la solución antes de leerlos (hacerlo después no tendría tanto mérito, ejem).

Saludos Varios.

viernes, 5 de febrero de 2010

9 - La clave es el biceps

Índice de la serie Ser guay es guay

El vestuario una pequeña sala cuadrada que apestaba a sudor. Salí afuera, tomé aire y volví a entrar. Entonces observé la estancia: una puerta al lado izquierdo daba acceso a las duchas y los baños, mientras que otra puerta a la derecha era la entrada a la sauna. Pensé en lo excitante que podría ser utilizar la sauna junto a sudorosas jovenzuelas adictas al sexo como seguramente había a miles en aquel gimnasio, pero acto seguido borré ese pensamiento de mi cabeza. Después de todo, me tenía que cambiar de ropa en frente del Teclas y quería evitar que pensase que me ponía cachondo. Mi amigo y yo nos cambiamos rápidamente para no hacer esperar a IGOR, dejamos nuestras mochilas en sendas taquillas y salimos de nuevo. Entonces volvé a tomar aire.

IGOR continuaba tensando sus músculos y guiñando ojos por doquier.

- Con suavidad, nena, con suavidad – le dijo a una cuarentona que intentaba hacer abdominales –. Tienes que hacerlo suave.

- Ya estamos aquí, IGOR – dije.

- Perfecto, chicos. Ahora que me fijo, con esos brazos y esas pintas seguro que no habéis estado antes en un gimnasio, ¿verdad?

- Hombre, ir al gimnasio no, pero yo suelo hacer estiramientos por las mañanas. Incluso puedo poner la pierna detrás de mi cabeza, así que estoy bastante en forma – se apresuró a decir el Teclas.

- Por favor, dale una bofetada con la mano abierta a tu amigo – me dijo IGOR -. Yo la última vez que propiné una bofetada maté a tres personas, así que prefiero que lo hagas tú.

¡PLAAAS! La bofetada resonó en todo el gimnasio y mi mano no tardo en aparecer en color rojo en la mejilla del Teclas.

- Estirar es de maricones, chaval, eso que te quede claro. Aquí estamos para muscular, y para muscular hay que contraer, así que olvídate de estiramientos de mierda. La próxima vez que me hables de estirar no será una bofetada lo que te llevarás sino una patada en el culo – Gritó IGOR visiblemente enfadado.

“Supongo que estos cambios de humor son fruto del abuso de hormonas, no se lo tengas en cuenta”, susurré al Teclas.

- Venga, lo primero que vais a hacer es calentar durante cinco minutos en la bicicleta estática. Escoged un culo que os motive y utilizad la bicicleta de detrás suyo.

El Teclas, que a pesar de la bofetada estaba tan pendiente de las mujeres como siempre, corrió como un loco hacia una de las bicicletas. Yo caminé junto a IGOR.

- ¿Cómo os llamáis a todo esto? – preguntó el entrenador.

- Yo soy Don Guay y mi amigo El Teclas.

- Encantado.

No me atreví a darle la mano, así que hice como si no me hubiera dado cuenta.

- Bueno, parece que este es el último culo libre – dijo IGOR cuando llegamos.

Aquello era un espectáculo más parecido a los documentales de elefantes de la dos que a los videos de entrenamiento de Cindy Crowford. Giré la vista hacia el Teclas y comprendí por qué se había apresurado tanto; definitivamente a él le había tocado la mejor bici.

Tras cinco minutos el pulso se me había acelerado tanto que ya no sentía los diferentes latidos sino un único latido permanente. La vista nublada me impedía ver al Teclas, pero suponía que no le iría mucho mejor que a mí.

- Venga, basta de bicicleta, pareja de dos. Vamos a hacer algo de bíceps – gritó IGOR desde la otra punta del gimnasio.

El Teclas y yo nos desplazamos lentamente apoyado el uno en el otro hasta donde estaba el entrenador. Una vez allí nos sentamos en un banco de entrenamiento y escuchamos todavía sin aliento las instrucciones de IGOR.

- La parte más importante de vuestros cuerpos es el bíceps, esto os lo debéis grabar a fuego en vuestras cabezas. Sí, el corazón y los pulmones son también importantes, pero sin unos buenos bíceps no valen para nada. Sin bíceps no vais a follar, y con bíceps os acabará doliendo la polla. ¿Para qué quieres tener un corazón y unos pulmones sanos si no follas?. Pues ya está, cuidad vuestros bíceps como si fueran una camiseta firmada de Massiel, porque si vosotros no cuidais de ellos, nadie lo hará.

- ¿Te gusta Massiel? – preguntó El Teclas.

- Joder, tío, Massiel es la mejor cantante pop de la historia después de Madonna y David Bisbal, solamente superada por Michael Jackson. – dijo IGOR emocionado, casi soltando una lagrimilla.

- Mmmm, sí, sí, estoy contigo – dijimos los dos casi al unísono.

- Venga, cogeis las mancuernas y os sentáis con la espalda bien recta. Ahora debéis subir las mancuernas hasta el hombro flexionando únicamente el bíceps; tanto el hombro como la parte superior del brazo deben permanecer inmóviles. Debéis hacer tres series de doce repeticiones cada una, y recordad hacerlas con cariño. Cuando acabéis me lo hacéis saber, por favor.



Tomé las pesas de seis kilos, pensé que sería suficiente para empezar. Cuando me vio, el Teclas comenzó a reir.

- ¡Jajaja! Menuda niñita estás hecho, Don Guay. No hemos venido aquí a hacer el ridículo – Me dijo mientras se dirigía a la zona con las mancuernas más pesadas.

- Ten cuidado, Teclas, no te emociones demasiado – contesté mientras levantaba con esfuerzo las pesas por primera vez.

El Teclas negó lentamente con la cabeza mientras seguía riendo y tomó de un estante dos mancuernas de veinte kilos cada una. Las arrastró con fuerza hacia afuera y, una vez ahí, no las pudo retener en el aire, doblándose su cuerpo por el peso hasta que las mancuernas, que todavía sujetaba con las manos, cayeron sobre sus pies.

- ¡AAAAAARGH!

El Teclas gritó asustando a todo el gimnasio y cayo desplomado al suelo, doloriéndose de la espalda y los pies. Dejé las mancuernas y acudí a su ayuda todo lo rápido que pude, mientras mi amigo se retorcía en el suelo de dolor.

- ¿Estás bien? – pregunté.

- ¡AAAAAAAAAAAAAAARGH! ¿Pero tú qué crees? ¡Aaaaaah!

IGOR acudió veloz a la ayuda.

- ¿Qué ha pasado, Teclas?

- ¡AAAAAARGH! Se me ha doblado la espalda y las pesas me han caido a los pies... ¡Dueleeeee!

- Vamos, hay que ir al hospital. Lo más importante es que comprueben si tus bíceps no han sido dañados.

Ni dudarlo un instante, IGOR tomó a mi amigo por la cintura y se lo apoyó en el hombró, transportándolo como si fuese un simple saco de patatas. Saltó por encima de un banco de entrenamiento y una máquina de abdominales, y en dos saltos más había desaparecido atravesando una de las ventanas que daban a la calle. Nos encontrábamos en un segundo piso, así que temí lo peor. Sin embargo, cuando por fin me asomé a la ventana tan solo pude ver un coche con el techo abollado y otros tantos parados en la carretera. IGOR había caído encima de un coche, había cruzado la carretera y había continuado corriendo hacia el hospital La Paz. Quedé boquiabierto hasta que escuché de nuevo a Beatriz, la recepcionista cachonda del gimnasio.

- Perdona, pero si no vas a entrenar será mejor que te vayas a casa, Don Guay – me llamó la atención.

- ¿Has visto eso? – acerté a preguntar señalando la ventana rota.

- IGOR a veces me da miedo, creo que tanto esteroide está empezando a volverle loco.

Beatriz seguía mascando chicle sensualmente mientras esperaba mi respuesta, respuesta que nunca llegó debido a que quedé de nuevo paralizado, esta vez observando su escote.

- ¿Por qué no dejas de mirarme las tetas, cariño? Se que estoy buena pero tampoco es para tanto.

- Perdona, Beatriz, ha sido un lapsus. Creo que me voy a ir a ver cómo está mi amigo y volveré mañana para entrenar en condiciones. Me llevo los papeles para la inscripción, ¿vale?.

- De acuerdo, Don Guay – contestó sonriendo de nuevo -. Por cierto, bonito pelo.

Bonito pelo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y recordé en segundos los últimos meses de mi vida, desde que había decidido realizar mi transformación. El maravilloso mundo de las mariposas, Benito, Jimmy Love, aquel paseante guay que rechazó mi saludo. Ahora, por primera vez, había recibido un halago de otra persona guay. Parece que el simple hecho de haber visitado un gimnasio me había dado los puntos extra que necesitaba para que el mundo guay comenzase a aceptarme. Bonito pelo.

Firmé el contrato sin pensarlo dos veces y se lo entregué a Beatriz al salir del vestuario.

- Hasta mañana, Bea – dije sonriendo.

- Nos vemos, Don Guay.

sábado, 16 de enero de 2010

Los chinos sí pagan impuestos

He pasado estas navidades en Zaragoza, donde una vez más me ha dejado perplejo la abundancia de comercios regentados por chinos. Su expansión parece no tener fin, y han pasado de los restaurantes y tiendas de todo a cien a los quioscos, fruterías, tiendas de moda, supermercados, bares de toda la vida e incluso peluquerías.
Hablando sobre este asunto con un amigo me explicó que el motivo era que, debido a un acuerdo comercial entre nuestro país y el suyo, los chinos que abren un negocio en España no deben pagar impuestos durante los primeros cinco años. Los chinos supuestamente se aprovechan descaradamente de dicha ley, traspasando los negocios entre ellos de manera que nunca tienen que pagar impuestos, lo que evidentemente reduce sus gastos y les pone en condiciones favorables frente a nuestros compatriotas. Esto según mi amigo aparece regulado en un antiguo convenio entre España y China.

A mí aquella afirmación me resultó bastante sospechosa, así que decidí indagar en el asunto llegando a las siguientes conclusiones:

1 – Que los chinos no paguen impuestos durante los primeros cinco o incluso siete años en España es efectivamente una creencia generalizada en nuestro país. Se escucha en la calle, se habla en los bares, se comenta en los foros...

2 – Incluso un periódico ha publicado esta afirmación. Enlace. No descarto que haya aparecido también en otros medios.

3 – Es cierto que existe un acuerdo comercial entre China y España: «Convenio entre el Gobierno de España y el Gobierno de la República Popular China para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de Impuestos sobre la Renta y el Patrimonio». El convenio data del 22 de Noviembre de 1990 y fue publicado en el BOE de 25 de Junio de 1992. Enlace. La mayoría de "opinólogos" afirma que la regulación de los cinco años sin pagar impuestos aparece en este convenio; sin embargo...

4 – Lo que hace el convenio es impedir que tanto las empresas chinas con sede en España como las españolas con sede en China deban pagar impuestos en ambos países. En ningún momento se dice que los chinos no deban pagar impuestos en España ni nada parecido; de hecho este convenio ni siquiera afecta a pequeños empresarios.

5 - Existen acuerdos similares con otros muchos países.

6 - Durante los dos primeros años, TODOS los nuevos comercios están exentos del pago del impuesto de actividades económicas. Esto es válido independientemente de la nacionalidad del empresario. Enlace. Parece ser que ésto, mezclado con el convenio mencionado en el punto tres, es lo que da origen a la mentira que nos ocupa.

Que los chinos no paguen impuestos durante los primeros cinco o incluso siete años en España es pues una LEYENDA URBANA, una mentira extendida en toda la sociedad, que además alimenta un creciente racismo hacia los inmigrantes chinos y por tanto es malintencionada.

En fin, a pesar de lo escrito en mi artículo anterior puede que seamos mucho más inocentes de lo que pensamos, ¿no?

miércoles, 13 de enero de 2010

La mentira

Dario Floreano es un tío famoso entre otras cosas por no saber hacer trucos de magia pese a parecerse bastante a David Copperfield. También es presidente del club de su pueblo de hombres peinados con raya en medio y director del laboratorio de sistemas inteligentes (LIS) en Suiza. Allí Dario, además de comer chocolate y ordeñar vacas, de vez en cuando hace experimentos con robots.

Hace ya un tiempo, Dario comenzó a experimentar con robots, ayudado por un equipo de frikis internacionales. Los robots eran sencillos mecanismos capaces de emitir y recibir luz, así como de desplazarse en un entorno liso. Dario y su equipo crearon un programa informático para el manejo de dichos robots, el cual estaba formado por un total de veinte “genes” (trozos de código). En su laboratorio, los robots fueron puestos en un entorno en el que había dos tipos de fuentes: unas de alimento y otras de veneno. Los robots se desplazaban en este entorno, se reproducían y morían. En la reproducción se recombinaban los genes de dos robots, introduciéndose además mutaciones aleatorias (cambios del código). Tras unas cuantas generaciones, los robots eran capaces de comunicarse entre sí habiendo formado cuatro grupos (tribus) diferentes. Lo más curioso es que los individuos de una de las tribus desarrollaron tras cincuenta generaciones la capacidad de mentir. Cuando encontraban veneno emitían señales que hacían creer al resto que se trataba de una fuente de alimento, y viceversa. La mentira ayudaba a sobrevivir a aquellos robots. (Artículo sobre el estudio en Discover magazine).

Los seres humanos, que tenemos a través de la evolución recursos más que suficientes para mentir, descubrimos ya de pequeños la enorme utilidad de la mentira. Cada vez que nos libramos de algún castigo o conseguimos un regalo gracias a ella, nos vamos habituando a su uso. Sin embargo, es curioso que a pesar de mentir mantengamos nuestra inocencia hasta mucho más tarde, sintiéndonos decepcionados cuando vamos descubriendo que el resto de personas también miente. Supongo que simplemente nos creemos más listos que los demás.

Ya en el mundo adulto crece la desconfianza, y cualquier afirmación nuestra puede estar bajo sospecha dependiendo de en qué círculos sea lanzada. Ya no es suficiente una mentira improvisada, sino que es necesario atar bien todos los cabos y asegurarse de que nadie va a recibir algún tipo de información de terceras personas que pueda desvelar nuestra mentira.

Cuantas más personas deban creerse nuestra mentira y cuanto mayor sea el flujo de información entre esas personas, más difícil resulta no ser descubierto. Es por eso que colar una mentira a todo un país, además tratándose de algo perfectamente comprobable, es algo casi digno de alabanza.

De esto último veremos un ejemplo en la próxima entrada.

jueves, 7 de enero de 2010

Un anónimo al descubierto

Hace ya algunos días, mientras paseaba por el centro de la ciudad alemana en la que resido, me crucé un hombre de unos treinta y pocos años vestido con ropa vieja y sucia, sin asear y que llevaba una mochila en la espalda. Me preguntó si le podía dar dos euros para un café. La mujer que le acompañaba se adelantó unos metros como vergonzosa de la situación, como si no estuviese acostumbrada a tener que hacer aquello. Un instante después de haberme preguntado, y sin haberme dado tiempo a contestar, aquel hombre comenzó a hablarme en perfecto español, no sabría decir si porque me había escuchado antes conversar en mi idioma o simplemente porque las pintas me delataban. Como si lo único que necesitase fuese un poco de conversación, me preguntó cómo había acabado yo en aquel país.

Muchas veces observo a la gente por la calle e intento imaginar cómo son sus vidas y de dónde vienen las expresiones de sus caras. Sería interesante saber lo que ha vivido aquel abuelito, pienso. Aquel día y posiblemente por primera vez, me encontré con la posibilidad de conocer más de cerca a un extraño que se me antojó harto interesante, así que no desperdicié la ocasión y formulé una pregunta tras otra.

Tras una larga conversación supe que venía de Rumanía, había vivido dos años en Francia trabajando en recogida de fruta, había juntado dinero para traer a su hermana, se había mudado al sur de España para trabajar en la construcción porque no le había gustado el carácter de los franceses, había sido feliz en España hasta que se quedó sin trabajo debido a la crisis, había decidido volver a su país y finalmente en el camino había decidido probar suerte en Alemania, donde decía que la gente estaba mucho más dispuesta a ayudar que en el sur.

Acabé la conversación deseándole mucha suerte y regalándole (que no dándole) los escasos cuatro euros que llevaba encima. Después recapacité sobre la conversación que acababa de tener y me alegré de haber conocido a aquel vagabundo.